Política

BAZOFIAS. Todos se han corrompido; no hay quien haga el bien. Salmo 53. Por Álvaro Morales

Creo que no hay un término más apropiado para referirse al ejercicio puerco, vulgar y corrupto de la política en Bolívar y Cartagena que éste, Bazofia, el cual se define como una cosa soez, sucia, despreciable, mezcla de excrementos, sobras; y se le  añade, cosa de la peor calidad, despreciable, desagradable y repugnante; siendo acepciones que se quedan cortas para describir la depravada conducta de los criminales que tienen coptados los gobiernos locales de Cartagena y Bolívar.

Es una cadena de infamia y degradación que naciendo en círculos superiores se entrelaza con depravados miembros de la sociedad y de organizaciones políticas, sociales y comunitarias que se prestan para este siniestro y delincuencial juego criminal. Son los cómplices de la maldad. Son tanto los que se hacen elegir para corporaciones públicas, como lo son también los mal llamados “líderes”; y los que por cualquier miserable dádiva eligen a su propio verdugo.

Pero Bazofias son también esos malos y corruptos funcionarios que llegan a los cargos públicos con la única y descarada misión de saquearlos para beneficio de quien lo impuso, y aún, para beneficio propio. Hoy todo esto sabido y un secreto a voces han quedado en evidencia pública.

Lo que se develó en esta oportunidad, repito, no es nada nuevo para nadie,  incluidas las autoridades. No es desconocido que los señores Vicente Blel Saad, William Montes y Javier Cáceres Leal, condenados y sancionados de por vida por sus vínculos con los paramilitares; así como Juan José García Romero, condenado por robo al erario, son los que desde hace varios años vienen poniendo y quitando alcaldes de Cartagena y gobernadores de Bolívar y disponiendo a su antojo y para su beneficio de los dineros públicos.

Pero ¿quiénes son los aliados del trabajo sucio? Primeramente son los propios alcaldes, gobernadores, concejales, ediles y diputados a quienes los capos de la organización política y criminal financian con los mismos dineros que se han robado de las arcas públicas.

Y seguimos, lo más perverso de la manera como operan estas bandas de ladrones disfrazadas de organizaciones políticas es la instrumentalización de un cierto grupo de personas que haciéndose llamar dizque “lideres” son el enlace entre el político criminal y la masa de votantes que le han asignado para que en partidas le entregue el dinero con el que se le compra el voto. Lo triste es que este mal llamado “líder” es un verdugo que hace parte de la misma comunidad a la que victimiza.

De toda esta Bazofia, esta cadena que le ha hecho tanto daño a la sociedad hace parte el último eslabón, el irresponsable ciudadano y votante que manera desvergonzada, o por necesidad, o por desprecio o venganza, no importándole nada, llega a la urna cambiando el valor ciudadano del voto por el mísero valor económico que le ha entregado el pillo a través de su propio compañero de barriada.

Finalmente, también son Bazofias ciertos grupos religiosos, dizque seguidores de Cristo, que pudiendo ser una luz en medio de la oscuridad se han convertido en palabreros de la fe que manipulan a sus feligreses y tuercen la Palabra de Dios sólo en busca de beneficios politiqueros; grupos que justificándose en un presunto “llamado de Dios” no tienen escrúpulos en unirse hasta con el mismo demonio para cambiar el púlpito por puestos en el gobierno.

Llegará el 27 de octubre, y ese día veremos si todas las denuncias habrán servido para algo, teniendo en cuenta que los corruptos no tienen vergüenza ni dignidad, las cuales tienen perdida desde hace mucho rato.

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