LOS HUEVOS DE FRANCIA
“Podrán ocultar la verdad, pero nunca podrán hacerla desaparecer”
Por Alvaro Morales de León.
Probablemente no esté ocurriendo en el momento actual, o probablemente no lo quieran reconocer, pero los huevos de Francia, son ciertos, y los hemos importado no sólo desde Alemania sino también desde Brasil, México, Estados Unidos, Ecuador, Bélgica y hasta de la India, como a través del periódico “El Tiempo” del 9 de febrero de 1999 lo confirmó la Federación Nacional de Avicultores reconociendo que para el año 1997 el país entre yemas frescas y huevos con cáscara había importado legalmente un total 417 toneladas, sin mencionar los ingresos ilegales.
Que Colombia esté importando huevos actualmente desde Alemania pudo haber sido no un lapsus de la candidata vicepresidencial Francia Márquez, sino una manera de expresar de manera hiperbólica, exagerada, la crítica y permanente situación de abandono del sector agropecuario en Colombia.
Pero lo que sí no es un lapsus es que casi la totalidad de los ingredientes o materias primas con los que en el país se fabrican los alimentos concentrados que consumen las gallinas de industriales explotaciones para la producción de huevos comerciales provienen de fuera, de otros países diferentes al nuestro.
La composición del alimento concentrado para gallinas de postura lo conforman más de cuarenta ingredientes necesarios para el ajuste de la ingesta necesaria, entre otros, de carbohidratos, proteínas, vitaminas, minerales, probióticos, pigmentantes, etc. necesarios para su mantenimiento y para la producción de huevos.
Los arriba mencionados requerimientos nutricionales que requiere el ave de postura son aportados, principalmente, por cereales como el maíz y el sorgo; tortas de origen vegetal, como la de soya y la de algodón; harinas de origen animal como las de carne, sangre y pescado; además, por mezclas de vitaminas y minerales, promotores del crecimiento y pigmentantes, etcétera, etcétera.
De todo lo anterior, y a la verdad, que, en Colombia al consumir un huevo comercial de gallina, independiente a que éste se produzca en las zonas colombianas tradicionalmente dedicadas de este tipo de explotaciones avícolas, dicho huevo que se consume fue producido con alimentos que se fabricaron con materias primas procedentes, en su mayoría, de otros países, pudiéndose llegar a la conclusión, que en la práctica, no son huevos colombianos sino extranjeros.
En Colombia, el maíz que los fabricantes de alimentos concentrados para animales utilizan, en este caso, para las gallinas, lo importan casi en su totalidad, en un 85%, de los Estados Unidos, así como también lo hacen en un aproximado del 90% con la soya; del Perú, Ecuador, Chile y Noruega, traen la harina de pescado; pero también del país del norte importan la torta de semilla de algodón, así como las mezclas de minerales y vitaminas y los pigmentantes para la yema de los huevos, etc.
Así como la famosa “Bandeja Paisa” ya no es tan paisa ni tan colombiana, ni sea uno de los platos emblemáticos de nuestra gastronomía, así mismo los huevos comerciales que consumimos en nuestro país no son tan colombianos, aunque sean producidos en nuestras explotaciones avícolas.
Ya ni el arroz de la bandeja paisa es totalmente colombiano porque el más empleado para su elaboración es procedente de Estados Unidos, Filipinas, Tailandia o Vietnam; así como el maíz para la infaltable arepa de este plato también viene de los Estados Unidos, Canadá o Argentina y hasta el cerdo para el típico chicharrón de los múltiples vagones nos viene del extranjero. Finalmente, en la práctica, del extranjero no sólo nos han llegado huevos como los de Francia, también nos ha llegado y siguen llegando gran parte de los productos agrícola que antes del gobierno de Gaviria, con suficiencia, todavía se producían en Colombia. #noticiasvital